lunes, 29 de junio de 2009

Hola

miguel dijo...
Trata de recordar: es solo un juego



Solo. Inenarrablemente solo. Como dicen unos. Y ya no estoy solo. La soledad es de todos. Todos solos juntos.
Vacío. Completamente vacío. Nada. Y eso es algo. La nada es un algo a veces invisible, como el viento culiao que anda por TODOS-LADOS, a veces como un muro, como todo lo que ves es un muro y una ventana.
Solo de solo solo. A quién le importa. Y si a alguien le importara, ¿dejaríamos de estar solos? ¿todo es un juego?
¿Alguien ve, alguien escucha? En verdad a alguien le importa otro. A algunos que conozco le importan algunos otros. Pero, ¿alguien ama?, lo que se dice amar, a otro. Aunque no reciba nada, aunque duela irremediablemente, aunque te mate. Sí. Los pocos que están vivos. Los que viven sólo para sí son muertos.
Tocar y no sentir. Mirar y no ver. Y otros clichés por el estilo. Todos solos, todos hablando solos, sordos conversando, ciegos mirándose. Encerrados en las propias cabezas.
Me declaro culpable e inocente. Me declaro muerto. Pero algo sigue tratando de nacer, empujando para salir, tratando de levantar los párpados, ¿lo sientes? ¿escuchas al recién nacido que llora en el fondo de ti? Abrir los ojos es ver lo otro. Escuchar es quedarse en silencio. Vaciarse es nacer. Poder estar solo, y no tratar de salvarse, es prerrequisito para ver, para escuchar, para amar. Evitar la soledad es engañarse, encerrarse, cegarse, vivir para sí: vivir para los otros: actuar: vivir en el miedo, por el miedo.
Solo. Abrir las ventanas. No escapar, luego, abrir las ventanas, porque sí, porque por qué no, no porque sea necesario, no por escapar, abrir las ventanas porque desbordarse. Sin saber. Sólo amar. Solo amar. Y no llamarlo amor, ni pensarlo. Vivir. Solo. Vivir. Sin saber.
Comunicar en la imposibilidad de la comunicación comunicarse –sin saber-, tus ojos dan a los ojos de otro, como las ventanas afueradentro, conectarse comunión en común ver es no mirarse, mirar no pensar, ver y mirar es comunicarse –en la imposibilidad de la comunicación, en la imposibilidad de la incomunicación.
Cuando comprendes –sin comprender— que no puedes ni salvarte a ti mismo ya estás salvado, porque no hay nada de qué salvarse y esa es la salvación. Estamos todos perdidos. Por suerte.

1 de agosto de 2009 16:32

miguel dijo...
cuandotodolomaloylobuenoestabien!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

1 de agosto de 2009 16:41