brillos ondulantes en las gotas que son el mar.
Que placer.
Círculos concéntricos debajo del sartén,
ondas de la piedra en el agua,
ruidos de la rama en el bosque,
hablando palabras sin sonido:
pensando.
Gatos negros que entregan
sigiloso buen augurio.
Tejados que disfrutan el peso del cielo.
y las pisadas felinas.
El cielo que se mece en las olas.
El sol que entra en mi cabeza.
El mar que hunde mis ideas,
moja mis pensamientos,
me sumerge conteniendo mi aliento.
Abrir los ojos a la sal
no es tan terrible.
Baja hasta el fondo para
pasar la fuerza de una gran ola,
y así luego surgir a respirar.
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