Puta que me costó despertar, el sueño me enredaba, me daba la vuelta y ya estaba en una calle perdiendo algo, encontrando ropa en el suelo. El otro día (me refiero a la noche) soñé que había decidido tirarme al mar (a bañarme, no a matarme), hacía frío, pero quería hacerlo, sentía que debía hacerlo. Nos acercábamos por una calle al mar con el Peña, un amigo del colegio. De pronto él salía corriendo y se tiraba al mar. Yo quedaba como: ¡espera! También voy al agua, mas no decía nada, me quedaba mascullando esa sensación de ¿Porqué soy así? Pensando ¿porqué buscar siempre sincronizar, a pesar de que mi decisión es independiente a la de los demás… Despertaba. Hoy me costó despertar, pero era otro sueño.
Esto nada que ver,
pero evito escuchar algunas canciones. Es como un toque de miedo, un
toque de vértigo, como empezar despacito a caer en una sensación
que, de antemano sé, va a comenzar a crecer (más encima con ritmo), apabullante
aplastando lo que sea que esté haciendo en el momento de ser
sorprendido.
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